El error más común es subestimar o sobreestimar la influencia de la ubicación en el valor de la propiedad de la ubicación, incluyendo la proximidad a servicios, calidad del vecindario y accesibilidad.…

Antes de ponerle precio a tu inmueble, visita o consulta el precio de otras propiedades similares en tu mismo área para entender el impacto real de la ubicación.

Ejemplo: Un apartamento en una zona céntrica tendrá un valor diferente a uno en las fueras.

Ignorar las condiciones de mercado de vivienda en un mercado en alza.

Los precios pueden estar subiendo rápidamente y una valoración basada en datos antiguos podría ser inexacta.

Solución: Realizar una visita y una inspección detallada de la propiedad para identificar cualquier problema que pueda afectar a su valor y ajustes necesarios.

Es recomendable que tu inmueble lo visite un profesional para ajustar la valoración para reflejar el estado del inmueble y las renovaciones realizadas.

El error más común es dejar que las emociones influyan en la valoración.

El resultado suele ser la frustración y obtener  precios inflados que no reflejan del valor real del mercado.

Solución: Objetividad.
Mantén una perspectiva objetiva y basada en datos al realizar la valoración.

Herramientas de valoración: Utilizar herramientas y métodos de valoración estandarizados.